viernes, 7 de septiembre de 2012
Principesa (:
Cuando éramos pequeñas nos contaban cuentos de princesas, princesas maravillosas con un vestido largo, un palacio de ensueño y un príncipe espectacular. Pensábamos que todo era perfecto, que las princesas todo lo podían y después obtenían la recompensa; esos son los cuentos que nos contaban a los 4 años, nos hicimos a la idea del palacio, del vestido y del príncipe, sobre todo del príncipe; era perfecto aparecía siempre a salvar a la princesa, sabía como tratarla, como comportarse, como hacerla feliz... ¿ Quien nunca ha soñado con tener un príncipe? Pues yo, sencillamente porque siempre he odiado a las princesas, eran valientes y delicadas, no tenían miedo, nunca lloraban... nunca estaban mal, que jamás dejan de sonreír, que siempre consiguen lo que quieren. Siempre me han dicho que era una princesa, pero no lo soy... a veces no soy valiente, y mucho menos delicada; a veces tengo miedo; yo sí que he llorado, y he estado mal innumerables veces; he dejado de sonreír por mucho tiempo; y nunca, nunca conseguía lo que quería... Así que... si no soy una princesa... ¿De qué me sirve un príncipe?
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